Prohibido hablar de la crisis.
En Twitter más de una vez he posteado fotos de carteles curiosos que algunas personas deciden colgar, la mayoría de veces en sus bares o restaurantes pero a veces también en sus casas. Esos carteles son críticos con los que solo tienen un tema de conversación: La crisis. Y creo que si miles de personas colgasen esos carteles en general acabaríamos siendo algo más optimistas. Y no nos engañemos: Necesitamos optimismo para salir de cualquier crisis.
Para mi, los tres mejores son:
- «PROHIBIDO HABLAR DE LA COSA«: Ideal para los bares donde los señores y señoras, a las 9 de la mañana, carajillo en mano, miran al de al lado y proyectan un «Qué, ¿cómo va la cosa?». ¡¡¡No, no, no!!! Esa pregunta nos invita a responder «tirando», «como se puede», o «pse…» y genera mal rollo. Peor que cuando se podía fumar y no veías la cara del camarero.
- «PROHIBIDO HABLAR DE LA CRISIS«: Su variante más directa y que provoca sonrisas a casi todo el que ve el cartel. Alternativamente, poner un pote y un cartel al lado: «DEJE 1 EURO POR CADA VEZ QUE PRONUNCIE LA PALABRA CRISIS». Pocos lo cumplirán aunque, por si acaso, sí que vigilarán no repetirse demasiado en ese tema…
- «UN CAFÉ: 3€. UN CAFÉ, POR FAVOR: 2€. BUENOS DÍAS, ME PUEDE PONER UN CAFÉ, POR FAVOR: 1€«: Clásico donde los haya aunque necesario: La hermana del optimismo es la amabilidad, y muchas veces parece que no esté presente cuando pedimos las cosas en un restaurante o bar. Eso de «Cobran para servirme» no vale para nada. Ya no estamos en el siglo 15, y todos cobramos por servir a otros, aunque muchos no toleraríamos que les hablaran como lo hacen ellos en determinados lugares.
Y así, mil variantes más. Parecerán una tontería, o quizás no. Pero lo que está claro es que ya sabemos todos que muchos políticos mienten. Que nos recortarán hasta la camisa, camisa por la que habremos pagado más en impuestos que en tela, y también sabemos que los diputados cobran en neto y todo eso. Repetirlo en la conversación de la mañana con un «aah…» al final solo hará que el resto del día parezca más cuesta arriba de lo que ya será de por si.
¿Prohibimos hablar de la crisis?