México, emprendedores y actitud
Desde el aeropuerto, esperando para embarcar, pienso en estos diez días en México. Las otras veces que vine, ya sea por cortas o por casi no salir del lugar del evento no podía hablar de la ciudad, y muchas veces tampoco de la gente. En este viaje he podido conocer a muchas personas, tanto en DF como en Guadalajara, que piensan en montar una empresa, vivir de sus ideas. Y eso me ha hecho pensar:
México tiene la ciudad más grande del mundo, para empezar. Mucha inseguridad, sí, pero no lo reduzcamos todo a esto: DF es también la ciudad con más museos del mundo, más tiendas, más hoteles, más escuelas, y finalmente, también, los extremos más evidentes de lujo y pobreza, separados por una o dos calles. Y la ciudad con más amabilidad por metro cuadrado, eso seguro. Viendo como te trata la gente aquí hace que te de vergüenza pensar en cómo los tratarían si viajan a Europa: Destilan amabilidad cada segundo que pasa.
Si hablamos de la emprendeduría y el «momentum» que hay para expandirse a América Latina, vista la crisis europea, primero debemos preguntarnos qué hace falta para emprender. Siendo un poco reduccionistas, podemos afirmar que sólo hacen falta dos cosas: Actitud y Recursos. Entonces, ¿qué falta en México? ¿Y en Europa?
Tradicionalmente Europa ha tenido recursos. Facilidades para montar negocios, para encontrar inversión (alguien se enfadará aquí: No nos engañemos, hemos tenido muchas más facilidades que la mayoría de países de América Latina), facilidades para casi todo. Pero en cambio, con la crisis, en algunas personas -alguien dirá la mayoría, otros la minoría, dejémoslo en «algunas»- la actitud ha desaparecido. «Todo es peor que antes», «Así de difíciles como están las cosas, yo no me meto a arriesgarme en un negocio», «total, si se lo acaba llevando todo el gobierno».
En cambio, traidionalmente en América Latina han habido menos recursos, y los que había se han destinado a la educación, dejando casi todo lo demás margen. ¿Y que ha provocado esto? Crear actitud. Y que en un momento como el de actual crecimiento, esa actitud salga a flote y esté presente en el 99% de personas que quieren apostar en ellos mismos. Actitud fuerte, ganas de hacer cosas y de emprender y muy poco miedo a fracasar.
Sinceramente, yo creo que es más fácil conseguir recursos que cambiar la actitud de mucha gente. Espero que la crisis no dure mucho más, y al acabar vuelva a subir las ganas de todos en hacer cosas nuevas… porque sino, el hecho de que un país de A.L. supere a uno europeo en el Índice de Desarrollo Humano (como pasó con Chile superando a Portugal esta semana) será la primera de muchas noticias que nos abrirán los ojos de golpe. Mejor abrirlos voluntariamente y tratar con el mismo respeto, humildad y amabilidad en nuestra casa a las personas que vienen de América Latina a emprender. Porque quizás algún día necesitemos trabajar con ellos. O incluso, si algunos políticos no entienden esto, para ellos.