Sobre Pau
Pau Garcia-Mila es un emprendedor en serie y comunicador nacido en Barcelona en 1987. Fundó su primera empresa a los 17 años, que fue posteriormente adquirida por Telefónica. Ha sido nombrado Innovador del Año en 2011 por la publicación del MIT TR-35, y es ganador del premio FPdGI Princesa de Girona.

Pau es también fundador de Ideafoster, consultora especializada en innovación disruptiva que en 2018 fue adquirida por Canvia (empresa del grupo Advent International), y de Founderz, escuela de negocios online no convencional.

En paralelo, habla en conferencias sobre Innovación, Éxito y Fracaso y da clase en ESADE donde es parte del equipo del Master en Digital Business.

Los (malditos) deberes

YouTube esconde perlas que esperan ser descubiertas. A veces tienes la sensación de ser el primero que la descubre, y otras, que nadie en el mundo no conocía tal perla… excepto tú. Pues bien, la última perla que descubrí es sobre el mundo de la educación, donde el pedagogo italiano Francesco Tonucci habla de los deberes y su necesidad y sentido hoy en día.

Lo que defiende es que no todos los niños tienen las mismas posibilidades (no todos los entornos ni unidades familiares son iguales) y que deberían poder hacer lo que quisieran sin que esto quisiera decir no hacer nada. Lo podéis ver aquí.

Si bien es cierto que llevo unas semanas hablando de educación en mi blog, hay un tema que no había tocado: los deberes. En este campo lo tengo claro, y creo que todos estaremos de acuerdo: de la forma en la que están planteados ahora no tienen mucho sentido. Están diseñados para ser aburridos, casi como un castigo, y además suelen limitar el conocimiento de los niños y niñas.

De hecho, para generar el debate, podríamos hacernos una pregunta: ¿qué objetivo tienen los deberes? ¿Evaluar los conocimientos de los niños? ¿Intentar alargar las horas que dedican a la escuela? ¿Conseguir que los padres puedan mirar tranquilos Gran Hermano VIP mientras los niños hacen los deberes? Sea cual sea, no es el camino. Los deberes deberían ser una herramienta para aprender, por un lado, y servir como indicador a la escuela para detectar necesidades de cada uno de los alumnos, por el otro. Pero esto es misión imposible. Veamos por qué.

En una clase «normal» (no hablo por el 100% de los colegios porque no los conozco todos), se tiende a homogeneizar, es decir, tratar a todos los estudiantes como una unidad y dejar de lado sus especificidades, puntos fuertes y todo aquello que los hace especiales y que precisamente deberíamos potenciar en lugar de eliminar. Está claro: es más fácil, rápido y económico. Y la culpa, no nos equivoquemos, no es de los profesores, que sería la excusa fácil, sino del sistema educativo. Una rápida búsqueda en Google sobre este tema nos demuestra que desde principios del siglo XX el debate está servido, y no es para menos.

Lo decía Francesco Tonucci en el vídeo que mencionaba y lo defiendo: la actual forma de poner deberes fomenta experiencias que cambian mucho dependiendo de la clase social a la que se pertenece. No es lo mismo llegar a casa y tener una niñera, libros, profesores particulares, padres con tiempo y estudios e Internet de alta velocidad que llegar y tenerse que poner a cuidar a un hermano menor y unos padres que, independientemente de que pongan mucho de su parte, apenas llegan a fin de mes.

Entonces… ¿cual podría ser la solución? Yo creo que deberíamos fomentar que los deberes sean algo que valga la pena. Unos deberes no pueden ser una piedra incómoda y tampoco algo que a veces requiera de horas y ayuda para ser solucionados. No le podemos pedir a un alumno de 10 años lo que para él será un milagro, y a otro le parecerá una obviedad que soluciona en 4 minutos.

Los deberes deberían ir enfocados a potenciar aquella parte creativa de los alumnos: si ponemos deberes que sean un reto, un juego, que se sirvan de las capacidades imaginativas para trabajar otras cosas. Lejos del aburrimiento nos sorprenderíamos de lo que podemos hacer trabajar en casa. Lo dice Tonucci en el vídeo y no puedo estar más de acuerdo: “No tenemos que poner deberes, sino regalos, para que la escuela sea más rica”. ¡Que así sea!

education and school concept - little student girl studying at school