Las galletas de las scouts
Leía a principios de diciembre en el The New York Times que, después de años de prohibiciones, las asociación Girl Scouts of the USA, la organización que coordina las chicas scouts allí, ha autorizado la «Digital Cookie», una plataforma para scouts que permite vender y mandar las tradicionales cajas con sus galletas alrededor del país. Una novedad que me gusta y a la vez, así de golpe, sorprende por su tardanza.
Para los amantes del negocio, el tema de las galletas no es anecdótico. Dicen, y me lo creo, que la facturación anual es de unos 800 millones de dólares. Casi nada. Y es que el 80% de las niñas scout venden cada día una caja valorada en 4 dólares. Todo esto moviéndose por su barrio, puerta a puerta, entre sus familiares, amigos y compañeros de trabajo de sus padres. El cambio supondrá que, en enero, el mercado se abrirá.
Esta no es la primera vez que se intentan vender galletas online. En 2009 una niña lo intentó y las Girl Scouts se lo prohibieron por hacer competencia desleal a las demás compañeras, y cuando desde una serie de televisión se promovió hacerlo tampoco se vio con buenos ojos. Y viendo los argumentos utilizados estoy de acuerdo: las galletas son para ganar dinero pero también para aprender como funciona todo el proceso y dar habilidades de emprendimiento las pequeñas. Así, después de tres años de desarrollo parece que han dado con el encaje perfecto que puede llevar al éxito la operación.
Hablar de las galletas en EEUU es como hacerlo de la limonada, como forma con la que muchos niños se lanzan a emprender y aprenden a fabricar, hacer marketing, ventas… todo de una forma natural. De hecho, toqué bastante este tema en algunas conferencias y escribiendo me ha dado por buscar lo que decía. Y lo he encontrado. Era un 9 de julio de 2011 en el círculo de Bellas Artes de Madrid:
«Yo creo que hay, simplemente, darle valor a las cosas desde que somos muy pequeños, que si quiero conseguir algo me lo voy a tener que ganar con menos humor o más humor, pero no tener miedo a que el niño intente crearse sus propias cosas, la idea de que él salga a «vender limonada» aquí nos parece una tontería, se vería como pobre, mira que está mal esa familia que tienen que mandar al niño a explotarlo a trabajar. No, que los niños se ganen lo que quieran porque además le van a dar mucho más valor a las cosas que consigan. «Si se rompe no pasa nada», no, no, si se rompe duele, porque realmente me ha costado mucho conseguirlo.»
Por lo tanto… Felicidades a las Scouts. Ojalá hagan envíos internacionales.