¿Eres más innovador de lo que piensas?
Ser innovador es algo que no siempre valoramos. O que más bien ni nos planteamos. Y nos equivocamos. Y una investigación publicada en la Harvard Business Review lo reafirma. En concreto, sugiere que tendemos a subestimar nuestra capacidad creativa y que nos damos por vencidos demasiado pronto.
Los autores, Brian J. Lucas y Loran Nordgren, hicieron un experimento basado en el Día de Acción de Gracias para ver el número de ideas que podemos generar cuando nos enfrentamos a un reto creativo. Así, trajeron 24 estudiantes universitarios en el laboratorio durante la semana previa a acción de gracias y les dieron diez minutos para pensar platos que se podrían servir. Luego les pidieron que pensaran cuantas ideas más podrían tener si les dieran diez minutos extras. Y para finalizar, se los dieron.
En promedio, los estudiantes predijeron que serían capaces de generar alrededor de 10 nuevas ideas. Pero en realidad fueron capaces de generar alrededor de 15. Y hay otros estudios que apoyan estas cifras. En cada uno de estos experimentos, los participantes subestiman significativamente el número de ideas que pueden tener.
Lo que nos demuestra el estudio es algo que parece obvio pero que no lo es, y es que la persistencia es un factor de éxito al producir nuevas ideas. Como señalan los investigadores, cuando los retos creativos encuentran problemas la mayoría de las personas reducen sus expectativas y, por lo tanto, subestiman su propia capacidad de generar ideas. Y se equivocan.
A todo esto hay que sumarle otras variables como la motivación. La gente está motivada para generar nuevas ideas cuando tiene interés en el resultado, ya sea por supervivencia, dinero, prestigio, orgullo… Cuanto más tienes que ganar con la generación de ideas, mejores ideas serán. Y no todo es fácil, la innovación crea ansiedad y los mejores innovadores son los que la abrazan. La ansiedad es una parte natural del camino problema – solución y se debe saber gobernar, por muy complicado que parezca.
Y es que, al final, la innovación es una habilidad, no un regalo o un don y se puede aprender al igual que cualquier otra habilidad. Pero la creatividad es también una manera de hacer. Los mejores innovadores son aquellos que utilizan métodos sistemáticos y a la vez son persistentes, están motivados y toleran la ansiedad.