Sobre Pau
Pau Garcia-Mila es un emprendedor en serie y comunicador nacido en Barcelona en 1987. Fundó su primera empresa a los 17 años, que fue posteriormente adquirida por Telefónica. Ha sido nombrado Innovador del Año en 2011 por la publicación del MIT TR-35, y es ganador del premio FPdGI Princesa de Girona.

Pau es también fundador de Ideafoster, consultora especializada en innovación disruptiva que en 2018 fue adquirida por Canvia (empresa del grupo Advent International), y de Founderz, escuela de negocios online no convencional.

En paralelo, habla en conferencias sobre Innovación, Éxito y Fracaso y da clase en ESADE donde es parte del equipo del Master en Digital Business.

El principio del principio

Teníamos 17, 18, 19 años, nos levantábamos a las 9 y cuatro, quedábamos a las 9.45 en la esquina donde yo pasaba con una fantástica scooter de 49cc y Marc subía. Bajábamos hasta la oficina y aparcaba la moto justo delante, en la Rambla d’Olesa. Empezábamos a las 10 y hasta las 14, que nos íbamos a casa y a las 16 ya estábamos otra vez hasta las 10 de la noche. Y era genial, había tantísimas cosas por hacer. Seguramente ahora parece ridículo, pero la pausa para merendar viendo El Diario de Patricia era totalmente necesaria.

Así nacieron muchas cosas, así “pasamos” de Twitter y así hicimos tanto las primerísimas versiones piloto (es decir, sin ninguna gracia ni base técnica en absoluto) de eyeOS como algunas páginas web para pagar los iMacs, el futbolín, las tortitas de Inés Rosales que comprábamos en el super de Cloti, justo debajo la oficina. Ella sabía que bajábamos a merendar porque acababa el ruido a futbolín, y eso quería decir que uno de los dos tenía que invitar al otro porque había perdido. Y después de cuatro “doble o nada” no quedaba más remedio que invitar a la gran merienda con Cacaolat y magdalenas.

La oficina no tenía ni humedades, ni un suelo horrible, ni unas cortinas que daban miedo ni un lavabo que parecía Chernobyl… Bueno, sí que tenía todo esto pero eran detalles, seguía siendo el mejor lugar del mundo mundial –al menos mientras imaginábamos cómo sería la oficina de Silicon Valley. Venían amigos sin parar y teníamos hasta sala social -un sofá barato y dos butacas-.

Ahora ya 3 años más tarde esa oficina está vacía (aunque llena de recuerdos de todo tipo) y quedan señales en las paredes de “pelotazos”, tijeras clavadas, patadas de rabia, teléfonos estrellados… Y es todo mejor, más complicado, más emocionante. Los problemas son totalmente distintos, las personas también, aunque hay dos cosas iguales: el futbolín nos ha acompañado (aunque le han puesto unas normas nuevas de mierda) y ahora es en serio, aunque todo el mundo lo ve igual que al principio, como este juego que o acabará muy bien, o acabará muy mal.

De momento siento decepcionar a los que no daban un duro por eyeOS hace unos años, que tienen que leer toda esa basura de cosas con IBM y Telefónica en la prensa, mientras esperan la notícia del cierre para soltar ese “Ya te lo dije María, estos no harán nada en la vida”. Parece que tendrán que esperar un poco más.

Y para los que habéis llegado hasta aquí leyendo, unas fotos del palacio que nos montamos a partir de mesas, sillas, cuatros y posters prestados por familiares y amigos, del primer avión que cogimos, y varios momentos aleatorios de esa época chachi.